Hojaldre de Calabacín

El otro día me apetecía hacer un pastel de verduritas, pero como andaba un poco vago, no quería hacer la masa quebrada, así que rebuscando en el fondo del congelador dí con una lámina de hojaldre que estaba acorralada por otros elementos muertecicos de frío, dejé que se descongelase y entonces me percaté de que la única verdura que bailaba en el cajón inferior del frigorífico era un calabacín alto y delgado que tenía como pareja a una cebolla bajita y regordeta que por aquellos lares conservaba su frescura… por suerte aún quedaba un poco de queso rallado del que se echa mi hijo en los macarrones a modo de guarnición, un brick de nata líquida para montar que quedó olvidado tras un bote de mermelada y unos huevos, que por suerte en casa nunca faltan.

Tal día desastre fué aquel que la única foto que aquí presento es de la mitad del pastel, cuando ya repartido, enplatado y mordido, me dije, «oyes pues no está mal, vamos a sacarle una fotico pal blog».

Ingredientes:
– 1 lámina de hojaldre
– 1 calabacin
– 1 cebolla
– queso rallado
– 200 ml de nata líquida
– 4 huevos

Disponer la masa de hojaldre en un molde untado con un poco de mantequilla y harina, hornear en blanco lo justo para que se haga pero no se dore, ya sabéis el truqui de pinchar la masa y ponerle unos garbanzos para que no suba. Pochar en un poco de aceite la cebolla y el calabacín cortados en juliana y rellenar el molde, finalmente verter la nata con los huevos batidos y una pizca de sal y cubrir con el queso rallado. Hornear a 180 grados unos 30 minutos, hasta que veamos que el relleno ha cuajado,  introducir un palillo para comprobarlo.

¡ Buen Provecho !