Galletas del Amor para San Valentin

Las galletas de San Valentín que comparto hoy con todos vosotros son una receta de rosquillas que aprendí de mi madre que a su vez aprendió de una vecina que a su vez supongo aprendió de su madre, tal y como se hacía antes del invento este de internet, una hoja de libreta, un lápiz y la vecina o la cuñada dictando pacientemente la receta en cuestión. Hoy gracias a los blogs es todo mucho más fácil.

Las «galletas del amor» son el nombre con el que las publiqué en prensa escrita allá por el 2005, solía hacerlas para mi aniversario de bodas que es a final de mes, pero este año me apetece publicarlas por San Valentín, es una receta a la que tengo mucho cariño porque fue una de las primeras recetas que colgué en mirecetario.es, allá en mis comienzos virtuales por el 2006. Hoy he modificado algún dato de la receta y las he decorado con muchos besos y amor para mi cari (Arantxa).

Ingredientes:
– 250 ml de aceite de girasol
– 100 ml anís
– 100 g azúcar
– ralladura de la piel de 2 naranjas
– ralladura de la piel de 1 limón
– zumo de 1 naranja
– zumo de 6 mandarinas (que las tenía aburridas en el frutero y me han dao pena)
– 600 g harina aproximadamente (antes no se pesaba la harina en las recetas, las madres decían «¿ves como queda?, pues echa harina hasta que te quede así»)
– 1 sobre de gaseosa El Tigre (todavía existen!)
Para decorar:
– azúcar
– azúcar glasé
– rotulador AmeriColor (especial para pintar sobre comida)
– cartulina (para hacer letricas)

Mezclar el aceite con el anís y el azúcar, incorporar las ralladuras, el zumo y por último incorporar la harina tamizada mezclada con el sobre de gaseosa, amasar con un tenedor y aquí viene la clave de la receta; cómo decir aquello de «¿ves como queda?, pues echa harina hasta que os quede así», es una masa aceitosa, como veis no lleva huevos ni leche, solo aceite, anís y zumo, tampoco lleva mantequilla que le de consistencia o solidez, por lo que la masa resultante es muy aceitosa, ligera, esponjosa, como algodonada, echa harina hasta que no se pegue a las manos y no eches más aunque al tocarla, las manos se te llenen de aceite (foto 1), te aseguro que la encimera se va a inundar de aceite y esa es la clave, maneja la masa con las manos pringadas de aceite no de harina.

Extiende la masa sobre papel de hornear cubriéndola con otro papel de hornear y si lo deseas puedes utilizar la técnica de los listones de madera (foto 2) para dar un grosor equilibrado a toda la masa, ya sabes, cómprate unos listones de madera de grosor de 0.5 a 1 cm. en Leroy Merlín, córtalo en trozos largos y haz rodar tu rodillo de cocina por ellos.
Con el corta pastas traza corazones u ositos de peluche como yo o lo que tu inspiración y tus moldes de cocina te permitan y lleva con mucho cuidado las galletas a la bandeja de horno, como he dicho antes es una masa ligera que como los corazones, se quiebran fácil aunque en este caso no importa porque a estas galletas se las puede rearmar o volver a construir sobre la bandeja en caso de rotura (foto 3)

Hornea a 180 grados unos 15 minutos aproximadamente, cuando su apariencia sea seca porque han dejado de llorar aceite y estén doraditas, sácalas y aquí tienes varias opciones:

1.- rebózalas en caliente con azúcar (es mi opción favorita)

2.- cúrrate unas plantillas de cartón, ponlas sobre los corazones y espolvorea azúcar glasé. (foto 4)

3.- escribe mensajes de amor a tu cari.

Finalmente para apreciar todo su sabor deja que se enfríen completamente e incluso deja que pase un día para saborear todos sus matices afrutados.

Os aseguro que merece la pena el esfuerzo de intentar buscar ese «¿ves como queda?», cuando vuestras parejas se lleven una de estas galletas a la boca, quedarán enamorados de vosotros para siempre jamás, por algo las llamo las galletas del amor, son besos gastronómicos por su textura crujiente, sus excitantes trocitos de naranja, el toque adulto del anís y la dulzura de su azúcar.

¡Feliz San Valentín tortolitos!