Croquetas caseras de pollo
Por todos es sabido que las croquetas son esa especialidad de la cocina que contiene lo que sobró de una comida anterior, pero no por ello son rechazadas por nadie, todo lo contrario, precisamente ese factor las hace más sabrosas y deseadas por todo el mundo.
Hoy os muestro cómo las hago yo en grandes cantidades que luego congelo para tirar de fondo de refrigerador a final de mes…
Para esta ocasión he utilizado un de los tres pollos asados que compró mi padre para una celebración en la que como ocurre cuando te juntas mucha gente y cada uno trae algo, al final sobra mucho de todo.
Ingredientes:
– 200 g mantequilla (la que se queda dura en el frigo, no la margarina eh!)
– 1 cebolla
– 200 g harina
– 1 litro de leche
– 2 cucharillas de sal
– 400 g pollo asado
– harina (para empanar las croquetas)
– huevo (para empanar)
– pan rallado (para empanar)
Pochar la cebolla cortadita en la mantequilla que previamente habremos clarificado (retirado la espumita que sube a la superficie al calentarla), una vez que la cebolla empieza a blanquearse, echar la harina, remover y verter la leche que estará caliente y con dos cucharillas de sal, mezclar con una varilla hasta que quede una masa homogénea, la varilla que veis en la foto la compre en Ikea y es perfecta para elaborar salsas porque no salpica al mover los ingredientes ya que los arrastra por el fondo y sin rallar la sartén al estar forrada de silicona, finalmente incorporar el pollo deshuesado y muy picadito.
Ahora viene la clave de la receta, se trata de repartir la masa de croquetas en paquetitos de papel film, como rollitos que dejaremos en la nevera hasta que la mantequilla se solidifique de nuevo y nos permita realizar las croquetas de una forma tan sencilla y rápida como cortar trocitos del rollo de masa.
Sólo nos quedará pasar estos trocitos de masa por harina, huevo batido y pan rallado y freírlos en abundante aceite caliente.
¡ Buen Provecho !